domingo, 3 de junio de 2007

Nota en La Nación

Publicado en la ed. impresa: Espectáculos Domingo 6 de mayo de 2007

Las chicas se revuelcan en tules

Nuestra opinión: muy bueno


Escondido, pero cálido y acogedor, el Apacheta ya se consolidó en el circuito alternativo como una sala de experimentación, con interesantes propuestas. Pequeño drama para dos mujeres es una delicia. Al principio, todo parece raro. Un espacio escénico cubierto de tules por el que se mueven dos actrices, como perdidas, diciendo cosas que parecen sinsentidos. Pero enseguida todo comienza a tomar forma y atrapa la atención del espectador, con una poética artesanal desarrollada por Andrea Chacón, de la que no se ausentan ni el humor, ni la reflexión.
Estas dos mujeres se cuelan en los casamientos y buscan, ansían y sueñan no sólo con el amor sino con los hombres y todo aquello que puede venir con ellos. Su paso por las fiestas de bodas es una condena que disfrutan y parece destinada a no terminar jamás. Para eso, Chacón exploró en el ser femenino, y tomó un punto de partida brillante: los cien cobres grabados que hizo Pablo Picasso con el nombre de Suite Vollard . Quien alguna vez haya observado esas sugestivas estampas de fuerte erotismo encontrará puntos en común e imágenes en forma casi permanente. Quien nunca haya tenido contacto con ellas tendrá el preludio perfecto. Así, una de ellas contará que el hombre que conoció y que la enloquece tiene dos cuernos en la cabeza. "Estás tan acostumbrada a la desgracia, que me das pena", le dice la otra.
La dramaturga hace uso y usufructo del absurdo y de lo naíf, pero en forma cruda y contundente. Juega con los antagonismos, con la lucha de fuerzas y se vale de esas imágenes abstractas en un decir no naturalista, sino natural en ellas. A su vez, el simbolismo es tan asequible como elaborado. El texto hurga con obsesión y esmero en lo más intrincado de los sentimientos y las elecciones afectivas. Qué se busca y cómo; las ansiedades; la insatisfacción; la envidia; la necesidad y la búsqueda del placer; la omnipotencia de los sexos, y cada vértice de este universo es tocado con exquisita sutileza. Asimismo, Chacón confrontó esa búsqueda y esos lazos afectivos con los vínculos sanguíneos cercanos.

Tres mujeres talentosas
Andrea Chacón es muy hábil en el manejo escénico y deja en claro aquí sus conocimientos de régisseuse . Por momentos, apuesta a la inmovilidad, pero de pronto apela a la acción como elemento modificador. Las aproxima y las aleja; las hace transitar la violencia y les pone acciones para acelerar sus estados emocionales, y dejar expuesta la fragilidad de ambas criaturas. Asimismo, las hace transitar el espacio y juguetea con movimientos casi geométricos. Para eso cuenta con dos actrices que se entregaron enteras a tan compleja tarea. Mariana Ortiz Losada es una intérprete espléndida a la que hay que prestar mucha atención, y Vanna Passeri no se queda atrás y va creciendo cada vez más con el transcurrir del trabajo. Sobre la segunda mitad de la pieza, las dos consiguen una sinergia potente y efectiva. La concepción escénica de Chacón también es brillante, así como el vestuario diseñado por Gabriela Delmastro, que le dio a cada una de las chicas su color, como personajes de dibujos animados. Por su parte, la música de Christian Basso es un elemento importante en los climas.


Pablo Gorlero


Otras Notas


Imaginación Atrapada: 6/7/2007 http://www.imaginacionatrapada.com.ar/
Ensueño blanco: ..A estas dos mujeres, aunque muy distintas en su presentación inicial, las unen las mismas circunstancias y la misma búsqueda. La realidad y la fantasía se mezclan de una manera desalmada. Esa alfombra de tules que nos eleva en el tiempo y espacio, choca con la materialidad de sus cuerpos, como así sucede entre sus fantasías y la realidad de sus hechos... Y el edificio se mantiene firme porque al final no existe ningún elemento de aquella otra realidad (la real) que lo perturbe. Ellas se han encargado de hacerla desaparecer. El tul se vuelve irresistible y se ellas se entregan a él.


Descongelando Mentes: 20/8/2007
http://www.descongelandomentes.com.ar/espec_entrevistas/pequenio_drama_para_dos_mujeres.html
Singular ejercicio teatral, sólo dos actrices montadas sobre un blanco escenario a manera de blanca nieve que hace las veces de superficie o ring en donde se baten a duelo dos mujeres que se atraen y se alejan al mismo tiempo tratando de encontrarse en un punto en común, la figura de un hombre. Muy buenas actuaciones de Mariana Ortiz Losada y Vana Passeri quienes ponen pilas a sus torturados y tiernos personajes a la vez que perversos. Su directora, Andrea Chacón, con gran ductilidad escénica nos cuenta esta historia que presenta la dos caras de una misma moneda, dos mujeres que se quieren, se odian, pero que también no pueden vivir la una sin la otra.