domingo, 20 de junio de 2010

Revista Siamesa

Por Marilyn Botta



Desde el limbo, una terraza o una celebración de boda, en un sitio de fantasía cubierto de tules blancos, hay dos mujeres que se levantan como saliendo desde adentro de una nube. En el inicio todo parece irreal, hasta que pronto comenzamos a escuchar las palabras firmes de estos personajes que logran desde ese momento capturar nuestra atención en este Pequeño drama para dos mujeres.


El escenario hace también las veces de ring, donde se baten a duelo estas mujeres que se atraen y se alejan al mismo tiempo porque tienen algo en común: el deseo de encontrar un hombre. 

Andrea Chacón Alvarez, la directora y dramaturga juega con los antagonismos, la lucha de fuerzas entre dos mujeres que se quieren y se odian, pero que no pueden vivir la una sin la otra. Buceando en el interior de sus personajes y de lo que buscan, cuenta de una manera cruda las obsesiones, deseos y vericuetos de los sentimientos. Dejando ver las necesidades y ansiedades, la insatisfacción y la envidia que puede provocar que la persona más cercana llegue a lograr la felicidad que uno no puede, o no se atreve. No falta el absurdo y lo naíf, el humor y la reflexión. Son muy buenas actuaciones las de Nadia Marchione y Sylvia Tavcar que interpretan a estas mujeres torturadas que por momentos pueden ser algo tiernas y por momentos bastante perversas. El vestuario ayuda a que a veces ellas parezcan niñas, con sus vestidos de colores, zapatillas al tono y hebillitas que apenas sujetan sus cabellos, corriendo a los saltos en una escenografía que parece una nube blanca.

Pequeño drama para dos mujeres, no es tan pequeño, y no es solo para dos mujeres. No se la pierdan.